El padre de la fecundacion in vitro gana El Premio Nobel
Robert Edwards ha sido el ganador del Premio Nobel de Medicina y Fisiología, concedido por el Instituto Karolinska de Suecia, por el "desarrollo de la fecundación in vitro", según el comunicado de la organización.
Entre los favoritos este año sonaban los nombres de Douglas Coleman del Laboratorio Jackson en Bar Harbor (Maine) y Jeffrey Friedman de la Universidad Rockefeller (Nueva York), por su descubrimiento de la leptina -hormona relacionada con el apetito y la obesidad-. También figuraba entre los candidatos el japonés Shinya Yamanaka por su descubrimiento de la reprogramación celular.
Pero finalmente el premio, dotado de 10 millones de coronas suecas (1,08 millones de euros), ha recaído sobre Robert Edwards, antiguo investigador de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), que en 1968 realizó junto a Patrick Steptoe la fertilización de un óvulo humano fuera del organismo de la mujer. Éste sería el primer paso hacia la fecundación in vitro que daría lugar a la primera niña probeta del mundo, Louise Brown, en 1978.
Steptoe falleció dos décadas después de lograr la fecundación artificial -por eso no se le ha otorgado el Nobel- pero el trabajo que llevó a cabo con Edwards ha recibido numerosos galardones, entre ellos el prestigioso Premio Albert Lasker de Investigación Médica en 2001. Desde entonces, el investigador británico ha permanecido en un segundo plano por sus problemas de salud.
Su nombramiento ha estado marcado por la polémica debido a la filtración del nombre de Edwards como ganador del premio. La noticia aparecía publicada en el diaron Svenska Dagbladet antes de que el anuncio fuera oficial.
Los trabajos de Edward, de 85 años, comenzaron en 1960 con el estudio de la fertilización humana. Ocho años después, él y su colega Steptoe, ginecólogo del Hospital General de Oldham (Reino Unido), fueron capaces de fecundar un óvulo un el laboratorio y desarrollaron un medio de cultivo que permitía esta reacción in vitro.
La cuestión de la reproducción artificial era, a principios de los 70, un tema cargado de polémica. Buena parte de la sociedad y de la comunidad científica se oponía a estas investigaciones y acusaban a sus responsables de querer jugar a ser dioses. Ni siquiera estaban bien vistas desde el punto de vista práctico ya que el problema entonces era la superpoblación no la infertilidad.
De hecho, dos años de después de fertilizar con éxito el primer óvulo humano en el laboratorio, Edwards y Steptoe buscaron dinero pública para llevar a cabo su proyecto. En febrero de 1971 enviaron una solicitud de financiación al Medical Reaserach Coincil para un programa de investigación sobre la reproducción humana pero fue rechazada. Sus trabajos continuaron gracias a donaciones privadas.
A pesar de los contratiempos iniciales, el legado de Edwards ha permitido el nacimiento de más de cuatro millones de niños gracias a las técnicas de reproducción asistida. Su nombre se suma a la larga lista de premiados por la academia sueca a la que se han incorporado en los últimos años Elizabeth Blackburn, Carol Greider y Jack Szostak, por sus trabajos sobre la telomerasa, o Luc Montagnier, Francoise Barre-Sinoussi y Harald Zur Hausen, padres del VIH y el VPH.
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Fuente: El Mundo.es
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